viernes, 29 de enero de 2010

El Zoológico

La reina Isabela, mi madre siempre se molesta cuando no saludo a los vecinos, pero la verdad es que si los saludo , son ellos los que no me saludan , odio a mi barrio y a todos los animales que viven en el .
Recuerdo cuando era una niña y llegaba con mi falda a cuadritos del colegio de mujeres “Elvira García y García”, almorzaba y salía con mi bicicleta rosa a buscar a Ángela, esa adolescente que ahora es mamá y lleva consigo un futuro incierto, estoy segura que ese hubiese sido mi destino si continuaba con esa amistad.
Yo no tengo amigas en mi barrio ni mucho menos amigos, será porque no soy muy sociable y me encierro en mi gran caparazón de mármol al que sólo dejo entrar a algunas personas.
Mi barrio es chusco y sin gracia y se caracteriza, porque en el habitan las gacelas precoces, los cocodrilos, los pulpos, los pingüinos y los gallinazos carroñeros.
Yo tengo como vecina a una gacela precoz que vive al frente de mi casa .Esa chica de quince años delgada, alta, con esos ojos enormes y hermosos. Todos los días llega un cocodrilo y se la come un poco; hace días estaba en el tercer piso de mi casa fumándome un cigarro mentolado mientras sentía como mi sangre se calentaba escuchando a Georgina León y pensaba que yo también quiero a un chico que no sea modelo de Hugo Boss, pero que modele para mí toda su ropa interior; cuando de pronto vi a la gacela precoz y a su cocodrilo bordeando la esquina de mi barrio para entrar a un hotel. La verdad es que la envidio, porque yo estoy más sola y aburrida que una ostra en lo profundo del mar, sin un solo pececito para que entre y nade dentro de mí.
Los cocodrilos de mi barrio tienen calle de sobra todos los días se reúnen en el “Olimpo” a embriagarse con ambrosia y casi siempre se hablan con un “carajo” y una “mierda” se interpone como coma.
Hace poco me enteré del apodo que me han puesto “La lesbi” de seguro que fue Ricardo, ese pulpo que en sus ocho tentáculos dice: despechado, basura, malo, tonto, traidor, cobarde, necio y estúpido, supongo que el apodo será en honor a lo que te dije, eso que estoy confundida y que me gustan las mujeres, pero él no lo entendió y terminó conmigo, es qué el está equivocado con respecto a mí, yo no soy lesbiana soy bisexual y sobre todas las cosas soy una dama , pero tú no eres un pulpo caballero así que no puedo pedirle peras a un olmo ; además el pulpo Ricardo no contento con decírselo a todo mi barrio se lo conto a la reina Isabela , y como era de esperarse a ella casi de la un infarto , me mando un sermón de tres horas , al ver mi negativa respecto a sus ideas tan cerradas me llevo casi a rastras a la iglesia para confesarme con el padre Esaú Martell , un italiano que si fuera pan le untaba un poco de miel y me lo comía, porque esta tan lindo .Mi madre al entrar a la iglesia se arrodillo y se rezó cincuenta ave marías y cien padres nuestros, poco le faltaba para decir que tengo a Satán metido en mi cuerpo y que había que exorcizarme , además si van a exorcizarme yo quiero que lo haga mi padre Esaú , el es mío y yo soy su novia aunque el no lo sepa todavía.
Para ser sincera yo no creo que estas ideas oscuras y raras sean obra y gracia del espíritu santo; aunque yo no creo mucho en santos ni mucho menos en Dios, yo iba a la iglesia, porque la reina Isabela me obligaba y le agarre gusto cuando vi al padre Esaú. Me matricule en los cursos de Antropología religiosa, Teología uno y Teología dos sólo para verlo; y hasta pensaba en jalar solo para seguir viéndolo, pero como siempre he dicho “todo menos hueca”. A veces lo veía en las clases y mientras él hablaba de la razón ligada al sentimiento, de no caer en el pecado y de no tener malos pensamientos, yo pensaba en morderle los labios, en que me toque y en ser su María virgen.
Estos días parece que tengo algún espíritu maligno dentro de mí, porque ahora llevo un spray rojo conmigo para pintar las paredes del colegio “Isaac Newton” con algunas frases estúpidas, y es que yo adoro a ese colegio al igual que a esos animalitos vestidos de smoking y corbatín negro.
Yo no entiendo, porque no le pusieron de nombre la “La Manzana podrida” o “La mala semilla” así los pingüinos le harían honor al nombre del colegio, esos pequeños púberes arrechitos, enviados del mal, engendros del demonio que me silban y dicen una que otra grosería cuando paso por ahí y yo siempre viendo desde lejos que la reina Isabela no esté para poder mostrarles mi dedo medio que acaba de pasar por la manicurista “La pindonga” que antes era Carlos.
Hace días un gallinazo carroñero intentó robarme mi celular, pero al darse cuenta que no valía ni un sol me lo tiro en la cara y me recomendó tan gentilmente que me compré otro.
Ya pasaron esos tiempos en los que conocía todos los parques cerca de mi casa, tiempos en los que no me importaba el mañana y tomaba como camarada oficial a la oscuridad de los callejones, quienes presenciaban amores de muñecas, tiempos en los que descubrí que un gusano medio puede entrar dentro de ti sin casi poder darte cuenta, y que mojarte entre tus piernas es otra forma de llorar y decir adiós, tiempos en los que descubrí que el amor puede hacer que tu corazón crezca y si no pones tus ojos en algo quieto te puedes caer .
Por último a mi me gustaría ser una gata negra para salir por las noches a buscar a unos “gatitos sandungueros” y dejar del lado la residencia de este monstruoso dolor de darme cuenta de lo que realmente soy “una cucaracha solitaria”.


TOZTADA



domingo, 10 de enero de 2010

LINEAS DE ABERRACIÓN

LINEAS DE ABERRACIÓN


Prófugo de mis ofuscantes sueños

agasajo mi vida al silencio decadente,

al no encontrar motivos vehementes de adoración.


Busco el paralogismo de la vida mundana,

busco el murmullo de las criaturas inexistentes,

busco vida en las sombras del olvido.

Sin embrago contemplo funestos sueños que nunca poseeré.


Sé que me acusan de misantropía,

señalado por muchos como aberración inhumana

proclaman mi nombre como yermo infernal.

¡Me duele saber lo obstinados que son!


Más aun, seguiré anhelando

hasta el final de mis días.

Aquella apariencia de ficticia expresión.


JIMMY CONDOR PACHECO